No se que hacer con esta "afición" que tengo por la cocina. Hago cosas ricas y no puedo dejar de comerlas, sobre todo si son unas rosquillas que me recuerdan a "sabores de antes" a las que hacían las abuelas, las que se olían cuando en las casas se freían en aceite caliente...
Ahora que se están acercando las Navidades, es una buena receta para tener en cuenta. Se pueden hacer y aguantan unos días.
Siendo sincera, esperaba más... una textura más esponjosa, y un sabor más intenso a mandarina, pero no me puedo quejar, son comestibles y para ser las primeras, el resultado es bastante bueno.
Vamos con la receta.
En un recipiente mezclamos bien dos huevos con aceite y el jugo de las mandarinas.
Una vez batido, añadimos la harina poco a poco, dos sobres de gasesosa (azul y blanco mercadona)o levadura en polvo, azúcar y amasamos hasta que esté compacta.
Dejamos reposar una media hora aprox. Hacemos la forma deseada y freímos. Una vez las quitamos del fuego, dejamos en servilletas para que elimine la grasa sobrante y espolvoreamos con azúcar.
Para mojar en la leche están ideal!
Si queréis las medidas exactas, no tenéis más que pedirlas.
lunes, 27 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Amiga...perdona por meterme en tu terreno ¿no habrá en el mercado esencia de mandarina?, digo para que intensifiques el sabor, también probaria a rallar la mandarina.
Aunque a mi me gustaron como estaban...
hola, acabo de descubrir tu blog y me encanta,soy de Las Palmas, me puedes dar las medidas de las roquillas, gracias y saludos.....
Publicar un comentario